Llegados los meses de marzo y abril, los padres comenzamos el período de búsqueda de colegio para nuestros hijos. La elección del centro escolar dónde va a escolarizarse nuestro hijo es una de esas decisiones que los padres ponderamos especialmente. Somos conscientes de que en el colegio delegamos parte de la educación de nuestros hijos, aunque no la más importante. Buscamos el mejor colegio que se adapte a nuestros criterios y principios como garantiza la Constitución española. No queremos crear conductas esquizofrénicas en los niños y evitamos que en casa se escuche un cosa y en el colegio se practique otra y viceversa.
Resultados académicos, conocimiento de idiomas, manejo de las nuevas tecnologías, instalaciones deportivas son motivos importantes que nos hacen inclinarnos hacia una escuela u otra.
La educación en valores, un eslogan muy repetido hoy en día, a todos nos gusta. Pero,¿nos hemos planteado alguna vez qué idea del hombre tiene la persona que va a educar a nuestro hijo? Nos puede llegar a pasar que nuestros hijos aprendan a resolver problemas de matemáticas, pero que no sepan resolver conflictos existenciales.
Debemos confiar en nuestros profesores, darles confianza y autoridad desde casa y tener una comunicación fluida con ellos. Siempre defender su criterio delante de nuestros hijos, aunque estemos en contra, y depués a solas discutirlo con ellos. Hacer manifestaciones públicas a nuestros hijos de admiración y afecto hacia los maestros para ayudar a nuestros hijos a construir una imagen correcta de ellos.
No hay colegios perfectos, ni padres perfectos ni profesores perfectos. "Un educador excelente no es un ser humano perfecto, sino alguién que tiene serenidad para darse y sensibilidad para aprender".
Y ya que educar supone entrar uno en el mundo del otro, dejemos como padres, entrar a los mejores.