domingo, 4 de noviembre de 2012

Mamá, no tengo sueño!

 
El niño debe dormir lo necesario, ni más ni menos. Para conseguirlo es necesario tener un mismo horario, con pocas excepciones y que siempre duerma en su cama.
El niño que no duerme ni deja dormir es el aspecto de la educación que peor toleramos los padres. El mal humor que genera repercute en las relaciones familiares y en el propio hijo.
Los niños tienen que descansar un determinado número de horas, que varía entre las 9,5-10,5 hasta los 7-8 años y entre 8-9 hasta los 14-15, edad a partir de la que es bueno que duerman 8 horas.
Para ellos el ritmo vital viene marcado por el sueño y las comidas, un orden en estos aspectos ayuda también a marcar un horario que facilita la convivencia familiar, por eso un mínimo de normas en este sentido ayudan al descanso de todos y a la paz familiar.Los niños son un colectivo especialmente vulnerable al déficit de sueño, según han advertido pediatras y neurobiólogos y según han corroborado diferentes estudios. Las consecuencias abarcan desde un mayor riesgo de obesidad hasta un menor rendimiento escolar. Por cada hora menos de sueño diario entre los 3 y 5 años de edad, el riesgo de sobrepeso a los 7 años aumenta en un 64%, según un estudio realizado entre 244 niños de Nueva Zelanda. Un segundo estudio realizado en EEUU y publicado en Pediatrics, corroboró que dormir las horas suficientes ayuda a prevenir el sobrepeso en la infancia.

En cuanto al rendimiento escolar, otros estudios han demostrado que el déficit de sueño perjudica la capacidad de consolidar en la memoria lo que se ha aprendido el día anterior, así como la capacidad de concentración al día siguiente.