miércoles, 9 de febrero de 2011

Mamá ¡Sí! ¡Ahora voy!

¿Qué pensaríamos si nuestro hijo obedeciese en un tiempo estimado, sólo de segundos, a todas las órdenes que le damos a lo largo de un día? Algunos pensaríamos que se ha vuelto loco, otros que tenemos un ángel en casa, otros ¿que me querrá pedir?
Por el contrario si nuestro hijo no obedeciese nunca, y ese ¡Sí! ¡Ya voy!, expresado con verdadera convicción, se dilatase en el tiempo eternamente, nos plantearímos que tenemos un problema muy serio: nuestro hijo no tiene el hábito de obedecer.
La obediencia es un hábito que debe conseguirse antes de los cinco años. Si no lo hemos logrado, todavía estamos a tiempo, pero el esfuerzo será mayor.
Mandar bien y con acierto es díficil y muchas veces nos olvidamos de que obedecer, y con diligencia, cuesta mucho más. Para mandar bien hay que cuidar la forma, el momento, la oportunidad, la firmeza, el carácter de nuestro hijo y la conveniencia de la orden que vamos a dar.
Hay cosas que no debemos corregir al instante si acabamos de corregir otra, ni dar demasiadas órdenes a la vez, porque el niño desconecta. Otras veces, el padre o la madre, nos afanamos en reforzar la orden que ya ha dado uno, y muchas veces sólo conseguimos que nuestro hijo perciba que tiene, ya no sólo uno, sino dos legisladores enfrente de él.  El que de la orden que de la cara hasta el final.
 Lo mejor es hacerles llegar mensajes cortos, mirándoles a la cara y siempre añadiendo un "por favor". Si de paso añadimos un "mi rey" o "mi reina" ya estamos premiando la acción.
Si cada vez que nuestro hijo obedece a la primera, se lo reconocemos y le decimos, ¡gracias por haber sido tan obediente! ¡estamos muy contentos!, le estamos predisponiendo positivamente para que en la siguiente orden vuelva a obedecer.
Nos podríamos poner como objetivo descubrir, al menos, una vez al día a nuestro hijo obedeciendo a la primera y felicitarlo. De esta manera conseguimos un doble efecto, la virtud, y la satisfacción de nuestro hijo por haber cumplido con su deber.

1 comentario:

  1. LOS MENSAJES CORTOS Y LAS EXPRESIONES FACIALES DE MANDO SON FUNDAMENTALES Y AGILIZAN LA ACTIVIDAD DE ELLOS DE OBEDECER MUCHO MAS RAPIDO Y MEJOR.
    HAY QUE ALABARLES TODO LO QUE HACEN CON GRAN ESFUERZO Y A LA PRIMERA PORQUE ESTO REFUERZA LOS MALOS MOMENTOS QUE TIENEN Y LOS APAGA MAS.

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